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Lactancia materna y frenillo lingual

La anquiloglosia o frenillo lingual corto está detrás de muchos casos de fracaso de la lactancia materna. Aunque el primer enemigo de la anquiloglosia es la lactancia materna, existen otros como: desarrollo deficiente del paladar, incapacidad para deglutir o tragar alimentos y respiración nasal. Los niños nacen con la cara más estrecha para poder pasar por el canal del parto y luego gracias a la movilidad de la lengua en la boca se abre el maxilar y el paladar. Por ello, si este movimiento no se produce, el paladar se queda estrecho y se generan problemas tanto de respiración como de deglución. Y de ello se derivan un exceso de infecciones respiratorias y otitis de repetición así como una necesidad de ortodoncia por la mala oclusión dental. Otras de las dificultades es respirar por la nariz, ya que el paladar cerrado deja menos espacio para las cavidades nasales y provoca que quienes tienen frenillo puedan padecer también el síndrome del respirador oral, que se traduce en más ronquidos, una posición de la espalda que provoca problemas cervicales e incluso escoliosis.

Los datos de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial, estiman que afecta al 9,3% de los niños y otros estudios estiman igualmente la prevalencia en torno al 10%.

En lo referente a la lactancia materna el frenillo lingual puede tener tanto consecuencias para la madre como para el bebé. Los problemas que tiene el bebé para realizar los movimientos linguales dificultan la succión y salida de la leche. El frenillo lingual corto impide al bebé envolver con la lengua la base de la aréola y la parte inferior del pezón.

Consecuencias para la madre:

  • Pezones doloridos y grietas, por la fricción y mal agarre.
  • Mal drenaje de los conductos. Junto con las grietas, pueden favorecer la aparición de infección en la mama.
  • Disminución de la producción de leche al no tener una estimulación eficaz.
  • Cansancio y frustración, por tomas largas.
  • Como consecuencia de todo lo anterior, suele suceder un destete temprano.

Consecuencias para el niño:

  • Mal agarre al pecho.
  • Tomas muy largas.
  • Mayor ingesta de leche del inicio. Como es rica en lactosa es más difícil de digerir. Como consecuencia, más problemas digestivos como cólicos, gases, etc.
  • Menor ingesta de leche con escasa ganancia de peso.
  • Mayor incidencia de problemas respiratorios, como ronquidos, neumonías y bronquitis. También puede influir en la aparición de apneas del sueño.
  • Alteración en la mordida cuando se produce la salida de los dientes.
  • Problemas relacionados con el habla.

Por lo tanto se recomienda la realización de frenectomía en épocas tempranas de la vida, ya que no es un procedimiento agresivo y puede ser beneficioso durante la lactancia o para el habla cuando son más mayores, evitando así anestesias generales cuando se diagnostican más adelante.

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