Se trata de una auténtica revolución en el mundo de la ortodoncia infantil. Entre sus ventajas destaca que se trata de un tratamiento que no solo pasa totalmente desapercibido, si no que además es un sistema que permite aunar las fases de ortopedia (corrección de problemas óseos) y de alineación dental que hasta hora se realizaban en dos tiempos con aparatos diferentes.
La duración del tratamiento es diferente en cada caso pero en general los niños que se encuentran en fase de crecimiento (con dientes de leche) y problemas en el tamaño de los huesos o mordidas cruzadas, deben cumplir una primera fase que combina: la corrección ósea junto a la alineación dentaría cuyo tiempo de duración alcanza entre 6 y 18 meses. Tras un periodo de observación de la evolución del niño, el doctor determina si es necesaria una segunda fase para terminar de alinear los dientes que supondría aproximadamente un año más de tratamiento.
Los alineadores están diseñados de forma exclusiva a partir de un plan de tratamiento 3D, están hechos de un material termoplástico resistente de grado médico. Los alineadores están hechos a medida y se ajustan cómodamente a sus dientes.